Una de las principales características del Liderazgo es la influencia en la conducta. Para influir en la conducta, más allá de los dichos y de las acciones que puedan encararse especialmente para tal fin, valen los hechos, el propio ejemplo.
El buen ejemplo genera respeto y autoridad, como dice la frase atribuida a Albert Einstein, “dar el ejemplo no es la principal forma de influir en los demás, es la única”.
Los ejemplos influyen los comportamientos del equipo, y van creando cultura, la cultura de todos los días.
¿Cómo nuestros comportamientos contribuyen a formar cultura?
Comportamiento del Líder
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Contribuye a crear una cultura de:
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Admite los propios errores. Pide ayuda cuando no puede/no sabe
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Humidad y autocritica. Apertura al aprendizaje, innovación
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Establece objetivos y hace seguimiento de compromisos
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Responsabilidad
Orientación a resultados
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Los errores e incumplimientos se comunican.
Frente al incumplimiento no hay excusas.
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Orientación a resultados. Respeto
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Los logros del jefe, son logros conjuntos
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Trabajo en equipo
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Los errores del equipo, son asumidos como errores del jefe
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Responsabilidad, autoridad
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Da feed back a los presentes. No habla mal de los ausentes
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Confianza
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Escucha al cliente. Las decisiones son tomadas pensando en el cliente
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Orientación al cliente
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Los desacuerdos se plantean dentro del equipo
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Trabajo en equipo. Respeto
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Cuando se toma una decisión las personas actúan apoyándola
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Trabajo en equipo. Respeto
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Los desacuerdos los expresa en el ámbito correspondiente
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Respeto a las jerarquías y roles
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Frente a las situaciones observa lo positivo y la oportunidad de mejora
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Positividad. Aprendizaje
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Cuando no sabe, pregunta. Cuando sabe, pregunta
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Aprendizaje, trabajo en equipo, mejora continua de la calidad
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Cuando observa una oportunidad de mejora, la emprende. Da feed back evolutivo o correctivo, “critica” la tarea y no a la persona.
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Proactividad. Creación de valor
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Una de las tareas más difíciles que tenemos, no sólo como líderes sino como personas es la coherencia e integridad entre lo que decimos y hacemos. La coherencia entre los valores que profesamos (o creemos profesar), y el modo en que actuamos e interactuamos.
La posibilidad de crecer como lideres (y como personas), no está solamente relacionada con nuestra capacidad incorporar conocimiento y experiencia, sino también con la toma de conciencia. Con volcar la mirada hacia el interior y admitir la posibilidad de revisar la coherencia entre la persona que estamos siendo (manifestada en nuestros actos) y aquella que deseamos ser.
El primer desafío es liderarse coherentemente a uno mismo, tener metas claras, empatía, autodisciplina, y actuar de acuerdo a nuestros valores y principios.
Aquí van unas simples sugerencias para ampliar el autoconocimiento:
· Establecé pequeñas metas medibles y alcanzables, sé consecuente y autocritico
· Anotá tus comportamientos diarios
· Revisá qué ejemplo estás dando
· Elegí un acompañante, puede ser un amigo, un profesional para el desarrollo personal o un coach, que te desafíe gentilmente y te aliente y ayude en el camino.