jueves, 29 de octubre de 2015

Responsabilidad. Del imperativo ético a una vía de realización y sentido


El camino recorrido respecto del valor y la experiencia de la responsabilidad, me llevó a repensar el paradigma  de Responsabilidad Social Institucional o Corporativa (RSC).

Observando que las acciones de Responsabilidad Social Corporativa, en cierta medida continuan desarrollándose en el paradigma que fluctúa entre lo normativo (ético-altruista) y lo utilitario (marketing, posicionamiento), me surgen algunas preguntas:


¿Existe una via para trascender los paradigmas altruistas y utilitarios, y contribuir responsablemente con los grupos de interés, desde la misión y con una visión o consciencia integral?   

¿La Responsabilidad Social Corporativa puede convertirse en una oportunidad de integrar intereses que redunde en vía de mutua realización y sentido que enriquezca al mundo del trabajo?

En lo personal, aprendí a vivir la responsabilidad como un deber, ser responsable era responder. Responder a quien? A un otro que necesitaba de mi o cumplir con ciertas expectativas. Así la responsabilidad se transformó en un hábito y responder comenzó a ser una reacción, antes que una elección. Esa modalidad de ser en el mundo, en un momento comenzó a ser una carga, ser o hacerme responsable empezó a ser pesado, se tornó serio y exigente. Interiormente comencé a cuestionarme, ¿de qué quiero ser responsable, con quién o quiénes, para qué?.

Además, empecé a sentir que responder o dar respuestas, no era suficiente, ni para mí, ni para otros. Comenzó a surgir otro anhelo. Surgieron preguntas… y la necesidad de escuchar ¿Qué necesito? ¿Qué me gusta? ¿Cómo puedo ser responsable haciéndome cargo desde mis talentos o dones? (desde “el querer ser”, y no ya “desde el deber ser”?).

Empecé un camino para ampliar las fronteras, para explorar y elegir libremente para qué y cómo recrear y reencauzar mis energías. Empecé a encontrar o co-crear esa intersección en la cual se cruzan el interés personal que algunos llaman “individualismo o egoísmo” y el interés común. Ese lugar  en donde se disuelve la tensión dual y se puede integrar, ese lugar donde la energía es sinergia.
Me di cuenta que esa integración es posible en la medida que asumimos nuestra responsabilidad conscientemente. 

Observando mi propio proceso, pude inferir como hipótesis, que una de las posibles razones que dificultan el avance de las iniciativas de Responsabilidad Social es que se intenta desarrollar Programas de Responsabilidad y Sustentabilidad, en las empresas, cuando aun , en general, las personas no lo han hecho en sus propias vidas, es decir cuando aun no han desarrollado para si libre-responsabilidad. Los guiones o patrones de conducta en los cuales nos movemos, aun en el ámbito de RSE,  conducen al individualismo, al egocentrismo, a la diferenciación o competencia, al paternalismo o al altruismo, (paradigmas en los que en gran parte  fuimos educados). Intuyo esfuerzos de contribución que quedan atrapados en modelos mentales fragmentados y resultadistas, con limitada visión sistémica. 

Es necesario educar para cambiar esos patrones de conducta, es necesario educarnos en la libre-responsabilidad.

Para que eso suceda, y para que ser responsable tenga que ver con un querer ser, con un proceso de dinamizar el talento y dones personales, con apertura a la creatividad y fraternidad, considero necesario educarnos para crear una  cultura de la responsabilidad para el despliegue del talento (recordar la parábola del Evangelio de San Mateo). Para que el potencial pase a ser acto, y nosotros actores agentes transformadores, inclusivos, respetuosos, colaborativos de manera sustentable. Entonces, cuando cada uno elija y se haga responsable de sus elecciones y de sus talentos, la responsabilidad social no será de un sector de la empresa que promueve (empuja) iniciativas, sino que florecerá en todas partes.

Mi experiencia es que asumir la responsabilidad tiene que ver con el proceso la expansión de la conciencia,  ampliar la percepción de manera que nos permita el más amplio registro posible de la realidad interna y externa, eligiendo desde dónde  y para qué dar una respuesta.

·         Conciencia: para percibir: ver, escuchar, sentir… Estar presente a las interpelaciones de la vida.

·         Compasión: para aceptar lo que es y validarnos en lo personal e interpersonal

·         Libertad: para elegir y responsabilizarnos

·         Creatividad: para co-crear responsable y conjuntamente

Desde Liderar el cambio, creemos que podemos ser impulsores de cambio desde la difusión y educación. Proponemos y facilitamos Programas para entrenarse y ejercitar estos valores.