El camino recorrido respecto del valor y la
experiencia de la responsabilidad, me
llevó a repensar el paradigma de Responsabilidad Social
Institucional o Corporativa (RSC).
Observando que las acciones de Responsabilidad
Social Corporativa, en cierta medida continuan desarrollándose en el paradigma que fluctúa entre lo normativo
(ético-altruista) y lo utilitario (marketing, posicionamiento), me surgen algunas preguntas:
¿Existe una via para trascender los paradigmas altruistas y utilitarios, y contribuir responsablemente con los grupos de interés, desde la misión y con una visión o consciencia integral?
¿La Responsabilidad Social Corporativa puede convertirse en una oportunidad de integrar intereses que redunde en vía de mutua realización y sentido que enriquezca al mundo del trabajo?
En lo personal, aprendí a vivir la
responsabilidad como un deber, ser
responsable era responder. Responder a quien? A un otro que necesitaba de mi o cumplir con ciertas
expectativas. Así la responsabilidad se transformó en un hábito y responder comenzó a ser una reacción, antes
que una elección. Esa modalidad de ser en el mundo, en un momento comenzó a
ser una carga, ser o hacerme responsable empezó a ser pesado, se tornó serio
y exigente. Interiormente comencé a cuestionarme, ¿de qué quiero ser responsable, con quién o quiénes, para
qué?.
Además, empecé a sentir que responder o dar respuestas,
no era suficiente, ni para mí, ni para otros. Comenzó a surgir otro anhelo. Surgieron preguntas…
y la necesidad de escuchar ¿Qué
necesito? ¿Qué me gusta? ¿Cómo puedo ser responsable haciéndome cargo desde
mis talentos o dones? (desde “el querer ser”, y no ya “desde el deber ser”?).
Empecé un camino para ampliar las fronteras, para
explorar y elegir libremente para qué y cómo recrear y reencauzar mis energías.
Empecé a encontrar o co-crear esa intersección en la cual se cruzan el interés personal
que algunos llaman “individualismo o egoísmo” y el interés común. Ese lugar en donde se disuelve la tensión dual y se
puede integrar, ese lugar donde la energía es sinergia.
Me di cuenta que esa integración es posible en la medida que asumimos nuestra responsabilidad conscientemente.
Me di cuenta que esa integración es posible en la medida que asumimos nuestra responsabilidad conscientemente.
Observando mi propio proceso, pude inferir como
hipótesis, que una de las posibles razones que dificultan el avance de las iniciativas de
Responsabilidad Social es que se intenta desarrollar Programas de Responsabilidad y Sustentabilidad, en las empresas, cuando aun , en general, las personas no lo han hecho en sus
propias vidas, es decir cuando aun no han desarrollado para si libre-responsabilidad. Los guiones o patrones de conducta en los cuales nos movemos, aun en el ámbito de RSE, conducen al individualismo, al egocentrismo, a la diferenciación o competencia, al paternalismo o al altruismo,
(paradigmas en los que en gran parte fuimos educados). Intuyo esfuerzos de contribución
que quedan atrapados en modelos mentales fragmentados y resultadistas, con limitada visión sistémica.
Es necesario educar para cambiar esos patrones de conducta, es necesario educarnos en la libre-responsabilidad.
Es necesario educar para cambiar esos patrones de conducta, es necesario educarnos en la libre-responsabilidad.
Para que eso suceda, y para que ser responsable
tenga que ver con un querer ser, con un proceso de dinamizar el talento y dones personales, con apertura a la creatividad y fraternidad, considero necesario educarnos para crear una cultura de la responsabilidad para el
despliegue del talento (recordar la parábola del Evangelio de San Mateo). Para que el
potencial pase a ser acto, y nosotros actores agentes transformadores, inclusivos,
respetuosos, colaborativos de manera sustentable. Entonces, cuando cada uno elija y se haga responsable de sus elecciones y de sus talentos, la responsabilidad social no será de un sector de la empresa que promueve (empuja) iniciativas, sino que florecerá en todas partes.
Mi experiencia es que asumir la responsabilidad tiene que ver con el proceso la expansión de la conciencia, ampliar
la percepción de manera que nos permita el más amplio registro posible de la
realidad interna y externa, eligiendo desde dónde y para qué dar una
respuesta.
·
Conciencia:
para percibir: ver, escuchar, sentir… Estar presente a las interpelaciones de la vida.
·
Compasión:
para aceptar lo que es y validarnos en lo personal e interpersonal
·
Libertad:
para elegir y responsabilizarnos
·
Creatividad:
para co-crear responsable y conjuntamente
Desde Liderar el cambio, creemos que podemos ser impulsores de cambio desde la difusión y educación. Proponemos y facilitamos Programas para entrenarse
y ejercitar estos valores.